jueves, 17 de junio de 2010

35. SAN BAUDELIO DE BERLANGA, Soria, España

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En tiempos de barbarie, el espíritu busca refugio en el campo, o mejor, en el desierto.




Pero como la arquitectura es obra del espíritu, es lógico y entendible que los eremitas se llevaran la columna consigo convirtiéndose en “estilitas”. Y que cuando necesitaran el abrigo de un espacio, metieran su columna al interior. San Baudelio de Berlanga es el santuario donde confluyen esas pocas pero profundas sugerencias circunstanciales y espirituales.



No creo que pueda decir nada mejor sobre esa pequeña ermita que lo que escribí en el MANUAL DE CRITICA DE LA ARQUITECTURA, al final del cap 4, pag 156 –158 ni creo que pueda volver a visitarla como lo hice con mi mujer y mis hijas en julio de 1998.



Acababa de comprarme una de las primeras cámaras digitales, una SONY que almacenaba las imágenes en aquellos viejos diskettes cuadrados, por lo que la resolución de las fotos es lamentable. Pero además hice muy pocas, porque durante las primeras visitas a un lugar suelo estar ocupado en otras cosas. Las pongo más que nada como testimonio de la imposibilidad de ver la ermita como la vimos entonces, pues en las fotos que he encontrado en Google Earth-Panoramio he visto que la han “restaurado” con la aguda técnica nacional que se emplea por estos pagos, es decir, dejándola como nueva, con vallas por un lado y rampas para minusválidos por el otro. Tremendo, tremendo.

En alusión a su carácter industrial, a lo casposo de los visitantes, y a lo nuevecito que dejan todo nuestros arquitectos restauradores, siempre que hago turismo por España suelo referir mis incursiones como aventuras de TURISMO INTERIOR BRUTO.

De todos modos, aunque cuando la vimos estaba todavía con la pátina del tiempo, tampoco en aquella ocasión la visita fue idílica. Esta es la escueta anotación que tengo en mi diario:

“5 julio 1998, domingo: visitamos la tan deseada ermita de San Baudelio. Hacía bochorno, un par de familias con viejos y niños gritones alborotaban el lugar y el portero era un listillo. Aún así la fuerza de la originalidad y nuestro deseo místico consiguieron abrirse camino”.

Y estas son las fotos que he encontrado hoy en Panoramio. Las pondría gustosamente en Cascotes si no fuera por mi veneración al lugar.

Raspado de la pátina del tiempo en la piedra, rampa para el carrito de San Baudelio y escalera puente



Icono de prohibición de subir por las escaleras a juego con las pinturas



El obligado extintor tras la puerta por si uno arde en la fé



Vallas metálicas para que no suban los niños por donde no deben y puedan molestar a San Baudelio



Y las pinturas, claro está, restauradas con más color que en los dibujos animados

Moneo, tú que dijiste en un suplemento dominical (con toda la razón y sabiduría del mundo) que este edificio era el segundo más importante de España después de el Escorial, ¿no tienes ahora nada que decir desde lo alto de tu columna Pritzker? Hay que joderse...

Es que ya no puede uno ni huir al desierto.


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11 de marzo del 2015. Recibo una amable y elegante carta del restaurador de las pinturas Pablo Bernabé que me corrige en lo referente a las mismas. Yo creía que en la era de internet la amabilidad y la elegancia habían desaparecido para siempre, pero veo que también me equivoco en eso. Entiendo muy poco de restauración de pinturas antiguas pero sabiendo que las ha hecho alguien que responde a mis improperios con tan buen estilo, me quedo mucho más tranquilo y creo de justicia hacer pública su carta:


Hola Juan,
te escribo porque casualmente he llegado a tu blog trasteando por la red leyendo sobre San Baudelio de Berlanga.

Me presentaré. Me llamo Pablo, y soy historiador del arte y restaurador de bienes culturales.
Tengo ya muchos años de experiencia, y allá por el año 2001 (creo recordar) tuve la fortuna de participar en lo que ha sido la obra más maravillosa a la que he tenido acceso como restaurador.
Unos años antes trabajé como becario en la fase previa de preparación del soporte de las pinturas arrancadas de San Baudelio, que estaban en el IPHE de entonces, en Madrid. Posteriormente, como te comentaba, comencé a trabajar en Coresal, que fue la empresa (ya no existe a día de hoy) que se encargó de volver a colocar las pinturas en sus lugares originales.
Dicho esto, debo coincidir contigo en que actualmente hay una serie de elementos que afean notablemente el edificio, tanto interior como exteriormente, y que tú señalas con acierto en tu blog. La rampa, la señaletica, el extintor, las vallas, etc.
Yo también conocí el templo antes de su intervención, y si bien tenía el encanto decadente de la ruina y de los lugares semi-abandonados, también es cierto que estaba hecho una pena y que si no se actuaba sobre él podía incluso perderse.
Ya no recuerdo quien llevaba la dirección de la obra, que se hacía conjunta desde la Junta y desde el IPHE, y si a ellos correspondía la decisión de la rampa, etc... en cumplimiento de alguna ley de accesibilidad, pero el lugar es tan mágico y especial, que si esa rampa horrible sirve para que gente que de otro modo no podría acceder al interior acceda, bienvenida sea y que todo el mundo que pueda disfrute de la atmósfera inigualable que allí se percibe.
Una cosa más, y perdona si te doy la lata mucho, pero por lo que realmente te escribía es porque creo que no tienes razón cuando dices que la restauración de las pinturas las deja con más color que los dibujos animados. Nada más incierto que eso. Las pinturas fueron arrancadas a strappo y lo que quedó en las paredes fue una leve impronta que por su técnica al fresco no se puede sacar de esa capa de muro que queda. La foto de tu blog creo que tiene bastante subida la saturación de los colores para conseguir un efecto de destacado de los mismos.
Los colores de las pinturas son los originales y no se les hizo nada para saturarlos o subirles el tono. Te aseguro que la reintegración cromática de las lagunas es de las más respetuosas que he hecho y visto, siendo a base de regatinos, incluso a 5 o 6 metros de altura. 
Además, se dejó la iglesia sin iluminación artificial, para intentar mantener la sensación original de recogimiento e iluminación con la luz que entra únicamente por las puertas y los pequeños vanos.
Si estás interesado en profundizar más en este tema no dudes en preguntarme y yo te cuento lo que se que se hizo y como se hizo.
Un saludo,
pablo